miércoles, 15 de febrero de 2017

¿Te animás a entrar en la Zona?

Calendario de proyecciones del Segundo Cuatrimestre de 2018!!

Todas las proyecciones tienen lugar en la Sede José Luis Romero (Montes de Oca 1120, Barracas)




Comienzo de clases en la Cátedra Rivera!!

Novedades:


Taller de Lectura-Escritura para los estudiantes



LA ZONA

“La ZONA exige ser respetada. No sé qué sucede aquí cuando no hay nadie, pero basta que entre alguien para que todo se ponga en movimiento de inmediato”.
Esta frase, pronunciada por uno de los personajes del film “Stalker-La Zona” del cineasta ruso Andrei Tarkovski  establece ya, desde un comienzo, que la ZONA impone una cierta actitud a todo aquel que decida asomarse a ella. La zona debe ser respetada; entrar en la zona es aventurarse en un espacio de conocimiento prohibido. Terreno vallado, custodiado, defendido por las fuerzas del orden a sangre y fuego: ingresar en la ZONA supone desafiar a  los poderes de turno y,  supone también, desafiarse a sí mismo ya que de un modo u otro son esos poderes los que nos han marcado en nuestra subjetividad, tanto cognitiva como deseante.
La ZONA es, pues, peligrosa. Pero como dice el poeta, allí donde anida el peligro es posible encontrar la salvación. Está claro entonces que uno de los peligros de la ZONA radica en su incontenible potencialidad. La ZONA puede ser salvífica o condenatoria; destructiva o creadora. Pero sin duda lo más escandaloso para una mente  modelada en base a los principios de la lógica, es que la ZONA es todo eso al mismo tiempo, sólo que bajo diferentes aspectos y escorzos que nos tocará a cada uno de nosotros  explorar.
Para ingresar en la ZONA, nos dice Tarkovski, se requiere un guía, un maestro socrático o no tanto, ya que cobra por su trabajo. Un explorador rebelde que realiza  una tarea que lo fascina. Un trabajador de los márgenes del sentido, que conduce a través de un viaje iniciático a personas inquietas, inconformes, desesperadas, que no dudan en avanzar en líneas curvas, ya que en la ZONA perece quien marcha recto. Un stalker que hace del peligro su oficio por amor a esa ZONA que transgrede una y otra vez, para violentarla y para protegerla. Protegerla de la cólera de temerosos y decepcionados. Algunos temen el potencial de la ZONA. Otros, por el contrario, se decepcionan, ya que llegan buscando respuestas a todas sus preguntas pero pronto advierten que no hay un repertorio accesible de soluciones para los enigmas. No tanto porque los enigmas resulten inaccesibles o las respuestas complejas, sino porque son las preguntas las que deben ser reformuladas, por previsibles, limitadas, insatisfactorias y, muy especialmente, porque han sido establecidos por esa red de poder que relega a la ZONA al lugar de lo prohibido. Esta es precisamente el desafío: transformarse a sí mismo al punto de permitir la emergencia de otras preguntas, otros enigmas, otros lenguajes.

¿Te animás a entrar en la Zona?

Silvia Rivera